El ADN de un pañal podría suponer que una vecina de Toledo herede 2’5 millones de euros.
La señora, natural de Ronda, asegura ser hija de un hombre recién fallecido a los 85 años. A ese hombre pertenece el pañal de la discordia, conseguido por un detective privado para analizar su ADN.
Al morir, el anciano dejó un patrimonio bastante considerable a sus hijos reconocidos. Y aquí es cuando la mujer ha entrado en juego. Tras contratar al detective para que se hiciese con alguna prueba física encargó el examen de ADN.
Y las pruebas dejan claro que la genética coincide, pero no son válidas ante ningún tribunal. Ahora, la mujer reclama parte de la herencia y solicita para ello un análisis oficial de las pruebas.