Medio centenar de
moluscos, aportados por otros tantos niños, han competido este domingo en la
XXXIII Prueba de Arrastre de Caracoles de
Tricio, en la que se ha impuesto «
Luna«, de la logroñesa Candela Fernández, con
130 milímetros, un registro menos de la mitad del récord. Como estás leyendo: una carrera de caracoles, que además arrastran objetos para más inri.
El
caracol ganador ha logrado desplazar esa distancia con una
lata de conservas de pimientos atada a un cordel que iba pegado a su caparazón durante los cinco minutos que ha durado cada una de las tandas de la prueba.
Esta competición es una de las principales
curiosidades de las
Fiestas de San Bartolomé de Tricio -junto a una
carrera de burros-, pueblo conocido como «
caracolero» por la abundante presencia de estos moluscos en sus huertas.
Según cuenta la tradición, esta carrera se remonta a hace
33 años, cuando un albañil vizcaíno que veraneaba en la localidad se sorprendió de la fuerza que tenía un caracol, que
arrastraba una alpargata, y propuso a sus amigos organizar una carrera de este tipo.
En algunas ediciones han llegado a participar un
centenar de caracoles, aunque este año la afluencia ha sido menor, en la prueba deportiva, aunque posteriormente se ha repartido una
degustación de caracoles con más de mil raciones.
Candela Fernández, de 8 años, ha recibido un premio de
50 euros por el éxito de su caracol «Luna» y sus 130 milímetros de arrastre, menos de la mitad del récord, establecido en 2001 en 265 milímetros.
El segundo premio de esta edición ha sido para la madrileña Carla Barrajón, de 5 años, con «
Pingüino«, que ha arrastrado 111 milímetros; y el tercero para el riojano Mateo Richard, de 6 años, con «
Pico«, que se ha movido en el tablero de la prueba a lo largo de 104 milímetros.