Actualmente, las personas disponen de una gran variedad de métodos anticonceptivos. Algunos creen que su uso resta romanticismo a sus vidas, mientras que otros deciden inclinarse por uno en específico. Muchas mujeres prefieren la píldora, otras se inclinan por un diafragma y hay quienes optan por mecanismos a larga duración como la T de cobre. […]
Actualmente, las personas disponen de una gran variedad de métodos anticonceptivos. Algunos creen que su uso resta romanticismo a sus vidas, mientras que otros deciden inclinarse por uno en específico. Muchas mujeres prefieren la píldora, otras se inclinan por un diafragma y hay quienes optan por mecanismos a larga duración como la T de cobre. Por otra parte, los condones son el método más popular en el mercado, debido a su precio y fácil uso. Lo cierto es que, además, brindan protección contra las enfermedades de transmisión sexual. Como podemos observar, actualmente contamos con una gran gama de anticonceptivos. Sin embargo, nuestros antepasados no tenían la misma suerte y tenían que valerse de distintas técnicas, mezclas y objetos para evitar embarazos no deseados. Entonces ¿cómo se cuidaban las parejas anteriormente? A continuación te mostraremos algunas de estas fórmulas. 1. Estiércol de cocodrilo y miel: existen documentos que describen el uso que las mujeres egipcias hacían de sustancias que insertaban en su vagina antes del coito, para que funcionaran como espermicidas. Por ejemplo, la combinación de miel y heces de cocodrilo, ya que estos excrementos cuentan con un componente alcalino parecido al de los espermicidas actuales. 2. Testículos de comadrejas: durante la época medieval las mujeres solían amarrarse los testículos de una comadreja en la parte inferior de sus muslos. De este modo, creía que no serían capaces de concebir. 3. Saltar hacia atrás: Sonarus, un ginecólogo griego, recomendaba a las mujeres del siglo II saltar hacia atrás siete veces y estornudar inmediatamente después de las relaciones sexuales para evitar el embarazo. Su argumento se basaba en que la fuerza del estornudo provocaría la expulsión del semen del cuerpo de la mujer. Sobra mencionar que se trata de un método inservible. 4. Condones de oveja y pescado: entre los años 1642 y 1688, durante la revolución francesa, los soldados del rey Carlos I recibían condones hechos con intestinos de pescado y oveja a fin de protegerse de enfermedades de transmisión sexual. Además, a finales del siglo XVII en Londres existían tiendas dedicadas exclusivamente a la venta de estos condones. Antes de usarse tenían que ser remojados en agua un par de horas para hacerlos más flexibles y fáciles de colocar. Posteriormente, el condón se ataba a la base del pene con un cordón para mantenerlo en el lugar y, después del sexo, se lavaba, se dejaba secar y se guardaba para otra ocasión. 5. Beber mercurio: en el siglo VII en China se sugería a las mujeres beber una tintura de metal tóxico para evitar embarazos. Las recetas médicas señalaban que se debía freír el mercurio con aceite y luego ingerirse con el estómago vacío. Sin embargo, esta mezcla venenosa provocaba esterilidad y, en muchos casos, muerte crónica. 6. Té de castor con alcohol: durante el siglo XVI en Canadá las mujeres creían que la mejor forma de evitar el embarazo era beber una mezcla de testículos de castor pulverizados con licor. Incluso algunos hombres también tomaban estas mezclas, pero realizadas con los órganos de caballos y mulas. 7. Tripas de animales: antes de la aparición de los condones de látex, las parejas usaban intestinos de cerdo que remojaban en leche para hacerlos más flexibles y suaves. 8. Agua de herrero: en la antigua Grecia las mujeres solían beber el agua que los herreros utilizaban para enfriar el metal mientras trabajaban a fin de evitar embarazos. Sin embargo, el líquido, compuesto de plomo, es tóxico y causaba daños en sus organismos y, en muchos casos, la muerte. 9. Un pedazo de limón: durante el siglo XVII y XVIII las mujeres introducían medio limón en sus vaginas porque creían que los cítricos de la fruta mataría a los espermatozoides. No obstante, esto causaba daño en sus tejidos vaginales.