Investigadores de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, y la Universidad de California (UC) Davis, California, Estados Unidos, han añadido evidencia a la teoría de que el propósito principal de las rayas de las cebras es evitar a los parásitos que chupan la sangre. Su estudio, publicado este miércoles en ‘PLOS ONE’, acerca a […]
POSIBLES IMPLICACIONES PARA LA INDUSTRIA DEL CABALLO
Su segundo experimento fue observar el comportamiento de la mosca en torno a los mismos caballos con abrigos de tela de diferentes colores: a rayas negras, blancas o de cebra. Esto excluye cualquier diferencia en el comportamiento o el olor entre caballos y cebras. Al igual que antes, cuando los caballos llevaban abrigos con patrones de rayas, experimentaban menos aterrizajes de moscas en comparación con cuando llevaban abrigos de un solo color.
Las moscas del caballo son un problema generalizado para los animales domésticos, por lo que las técnicas de mitigación, como el desarrollo de ropa anti-mosca diseñada para parecerse a las rayas de la cebra, pueden ser, a partir de esta investigación, un resultado interesante para la salud y el bienestar de los animales.
Los científicos también observaron directamente el comportamiento de la cebra y el caballo en respuesta a las moscas que pican. Las cebras mostraron un comportamiento preventivo, como huir y agitar la cola a un ritmo mucho mayor que los caballos. En consecuencia, todas las moscas del caballo que aterrizaron con éxito en las cebras pasaron menos tiempo allí en comparación con las que aterrizaron en los caballos, y pocas se quedaron el tiempo suficiente para detectar una comida de sangre.
En África, de donde son nativas las cebras, las moscas del caballo son portadoras de enfermedades debilitantes y peligrosas, como la tripanosomiasis y la peste equina africana, que causan debilidad y, a menudo, la muerte. Por lo tanto, no es sorprendente que las cebras utilicen tanto defensas de comportamiento como líneas morfológicas para evitar a las moscas del caballo. Esta investigación proporciona una nueva evidencia de la teoría de que las cebras evolucionaron con piel de rayas dicromáticas para evadir las moscas que pican y tiene implicaciones considerables para la industria del caballo.