Meghan Markle es la esposa del príncipe de Reino Unido. Pero el hecho de que sea de la familia Real (y que seguramente viaje acompañada de un enorme séquito) no impidieron que saliera de «etiqueta» en Tonda, en Oceanía.
Y no, no nos referimos a un código de vestimenta concreto, sino a que la guapísima duquesa de Sussex bajó del avión, ante numerosos fotógrafos y periodistas, con la etiqueta colgando de su vestido.
Iba espectacular, con un vestido rojo de largo midi de la firma británica Self-Portrait que le marcaba su incipiente embarazo. Pero no fue eso lo que llamó la atención, sino que por el bajo de la falda de vuelo asomaba la etiqueta del vestido, que iba balanceándose con cada paso. ¡Esperemos que no tuviera también la alarma!