Registrar a un niño con el nombre de Ambre, normalmente utilizado para las niñas, ha generado división de criterios en la Justicia francesa, que decidirá sobre este polémico caso en 2019, informa la web «France Bleu».
Las madres de Ambre, una pareja de mujeres de Étel (Morbihan, en la Bretaña francesa), dieron ese nombre a su bebé en enero de 2018.
En un primer momento, la Fiscalía de Lorient pidió a las dos mujeres que lo cambiasen porque podía crear confusión respecto al sexo del pequeño.
Una de ellas decidió entonces llevar el caso a un juez especializado en asuntos familiares, que dio luz verde a que se llamara así.
Un tribunal de segunda instancia de Rennes será el que decida sobre el caso el año que viene.
«La sociedad es muy injusta. Acepta nombres muy ridículos, como ‘Clitorine’. Si un nombre clásico y tan antiguo y reconocido para los dos sexos no se admite, ¿no será que el Estado nos ataca?», se preguntó Alice Gondelle, una de las madres de Ambre, citada por «France Bleu».
Ambre, un derivado de un vocablo griego que significa «inmortal», era poco utilizado en Francia hasta 1985, pero a partir de los años 90 se puso de moda entre los padres franceses y, actualmente, figura entre los 50 nombres más puestos para los bebés de sexo femenino.