Cuando se viaja en transporte público se deben extremar las precauciones con las puertas mecánicas… justo lo que no hizo una señora que viajaba en el metro de Londres. En un despiste, una puerta le atrapó varios dedos, así que tuvo que esperar tres paradas antes de bajarse. Según explicó un testigo, alguien pasó junto […]
Según explicó un testigo, alguien pasó junto a la señora y puede que la empujase sin querer. El caso es que los dedos de la señora quedaron atrapados en la puerta.
Estaba tranquila, no se sabe si convencida de que en la siguiente parada podría liberarse al abrir las puertas o por la vergüenza de pedir ayuda en esa situación. El caso es que al no verla moverse de su posición junto a la puerta otro viajero le preguntó si necesitaba algo. «Le pregunté si estaba bien y dijo que sí, pero noté que su mano estaba completamente atascada», comentaba tras el incidente el pasajero que la ayudó.