Esta historia nos ha recordado a los típicos chistes de «mamaaaaaaaaaaaa, me he tragado al pregoneeeeeeeeeeeeeeeroooooooooooooo», pero en un caso real, en este caso con un silbato. Un niño argentino tuvo la mala suerte de tragarse uno de estos artilugios mientras jugaba y se le quedó alojado en la garganta, aunque sin causarle daños de […]