Hay olvidos imperdonables y este es uno de ellos, al menos de momento porque el enfado de la motorista olvidada no tiene fin aunque se lo tome con humor.
Una pareja italiana estaba en plena ruta motera por su país cuando el marido, que conducía, se dio cuenta de que su esposa no iba sentada tras él. Preocupado y visiblemente nervioso, llamó a la policía creyendo que la señora se habría caído sin él darse cuenta. La verdad es que esto carecía de mucho sentido porque al caer es casi imposible que el conductor no sintiese nada, pero lo que no esperaba el motero era el motivo real de la ausencia de su esposa.
Mientras los policías que llegaron al punto kilométrico en el que había parado el hombre intentaban comprender qué había ocurrido, el motero recibió una llamada desde número desconocido. Sí, era su esposa, que estaba a cuarenta kilómetros de allí, justo en el punto donde habían parado a tomar un refrigerio. Al volver a la carretera, el hombre se olvidó de su esposa, literalmente.
La mujer pidió un teléfono prestado y como se sabía de memoria el número de su esposo lo pudo llamar, pero no para tranquilizarlo, sino para, entre risas, echarle una bronca por despistado.