Como cada año, este miércoles una
peregrinación llena de colores y diversión llegó a la Basílica de la
Ciudad de México donde decenas de
payasos de distintas partes del país celebraron y agradecieron a la
Virgen de Guadalupe.
“Porque somos los payasos. ¡Sí señor! Y venimos muy contentos. ¡Sí señor! A visitar a nuestra reina. ¡Sí, señor! Porque somos los payasos y traemos diversión. Y venimos a la Villa con respeto y devoción”, cantaban los payasos.
Con pelucas, las características sonrisas pintadas en sus rostros, diversos colores y vestimentas coloridas y extravagantes, los mexicanos realizaron la
31ª edición de esta peregrinación que comenzó en 1992 para agradecer a la Virgen de Guadalupe por diversos motivos, especialmente la
salud y el
trabajo.
Los ‘payasitos’ se dieron cita en la Glorieta de Peralvillo, donde inicia la Calzada de los Misterios, avenida prehispánica ubicada en la zona norte de la capital mexicana y que conecta con la Basílica de Guadalupe, y la cual recorrieron hasta llegar al barrio de la Villa.
“Yo sí me voy, me voy a la Villa”, se escuchaba entre los payasitos quienes caminaban, hacían malabares, prendían pirotecnia y entretenían con sus cantos y actuaciones a quienes los observaban atentos caminar con rumbo a la Basílica de Guadalupe.
Algunos también recorrían la Calzada de los Misterios acompañados de carros alegóricos, llenos de flores y con grandes representaciones de la Virgen de Guadalupe en el centro.
Entre los peregrinos payasos también se observó a niños disfrazados y caracterizados de ‘payasitos’, como a adultos y familias enteras que se dedican a divertir a los mexicanos como profesión, entre otros que acudieron disfrazados de Papá Noel, los Reyes Magos, artistas y otros.