Una peculiar tradición mexicana, la Noche de Rábanos de Oaxaca, cumple 126 años este sábado, cuando se darán a conocer las obras de arte elaboradas con rábanos. Cientos de turistas y curiosos se dan cita en el zócalo de la capital del estado del mismo nombre en el sur del país.
La fiesta ha ido creciendo con el paso de los años y se ha convertido en un atractivo turístico para la zona, al tiempo que las figuras se han ido haciendo más sofisticadas. De hecho, junto a la habitual cosecha para el consumo, se hace una siembra de rábanos en otra zona en septiembre, octubre y noviembre para que haya rábanos de diferentes tamaños para el certamen.
El día 19 de diciembre se entregan los rábanos y en tres días hay que elaborar las obras que concurren. El día 23 hay reservadas plazas para cien participantes.
Existen las categorías tradicional y libre de rábano, otra de flor inmortal y la última de totomoxtle (hoja de maíz). También hay tres categorías de figuras y obras hechas con rábano para menores de edad.
La exhibición dura sólo unas horas, pero congrega prácticamente a todos los habitantes de la ciudad en el área del zócalo, quienes concurren con el objeto de admirar la creatividad de los participantes en este concurso
El Ayuntamiento destina 1,1 millones de pesos (58.790 euros) a este certamen y se calcula que cada año acuden entre 10.000 y 12.000 personas.
Se celebró por primera vez en 1897, cuando llamó la atención que los comerciantes de una feria de alimentos hacían figuras con rábanos para llamar la atención de los posibles clientes durante las fiestas navideñas.
Se fue haciendo tan popular y exitoso que el 15 diciembre de aquel 1897, el presidente municipal de Oaxaca, Francisco Vasconcelos, impulsó este certamen.