El Reino Unido mantendrá el sistema métrico para la venta de productos salvo en el caso del vino, que venderá también en pintas -equivalentes a 568 mililitros- a partir de 2024.
Así lo ha anunciado el Ministerio de Empresas y Comercio del Ejecutivo británico en un comunicado en el que asegura que prevé “eliminar las restricciones del tamaño de las botellas para los productores británicos de vino”.
En la nota de prensa se incluyó también la decisión de “no introducir nueva legislación” en el ámbito de las unidades de medida en el Reino Unido.
De esta forma, se prevé que continúe con el sistema métrico -estándar en la Unión Europea- para el resto de productos, después de que en una consulta pública, el 98,7% de los participantes se mostrara a favor de continuar usando estas medidas.
No obstante, el Ejecutivo destacó que esta resolución permanecerá “bajo consideración”, al formar parte de la legislación heredada de la Unión Europea.
El primer ministro, el conservador Rishi Sunak, da así carpetazo a una de las viejas promesas de los impulsores del Brexit, especialmente su predecesor Boris Johnson, quien soñaba con devolver al país al viejo sistema imperial de medidas como uno de los “dividendos” de salir de la UE.
Uno de los principales defensores del Brexit, y adalid del ala dura de los tories, Jacob Rees-Mogg, defendió en el diario The Times un alegato en defensa de recuperar unidades como las onzas, las libras y las pintas.
“Es difícil ver cómo esta pequeña medida inofensiva no está siendo implementada, especialmente mientras nuestro mayor socio comercial, Estados Unidos, todavía usa unidades imperiales”, dijo.
Para Rees-Mogg, hoy fuera del Ejecutivo de Sunak pero todavía parlamentario, la renuncia “es típica del enfoque burocrático e insípido que a este gobierno le gusta adoptar”.
Las pintas de champán de Churchill
Al margen de este freno a la recuperación de las mediciones instauradas en el Reino Unido con anterioridad a la adopción del sistema métrico se encuentra la introducción de la venta del vino en pintas.
A partir de 2024 los británicos tendrán acceso a botellas de vino seco y espumoso en tamaño de 568 mililitros, además de en las medidas de 200 -ya disponible para la versión espumosa, pero no para la seca- y 500 mililitros -hasta el momento disponible para la seca, pero no para la espumosa-.
Esta actuación ofrecerá “más flexibilidad y opciones a los consumidores”, además de “fomentar la innovación” e “incrementar la libertad de las empresas”, las cuales no tendrán la obligación legal de usar estas medidas, según el Ministerio de Empresas y Comercio.
De acuerdo con el departamento gubernamental, esta nueva norma afectará a 900 viñedos de una industria que en la actualidad produce 12,2 millones de botellas de vino al año, según datos de 2022.
El secretario de Estado de Negocios, Mercados y Pequeñas Empresas, Kevin Hollinrake, dijo que esta medida aporta “innovación, libertad y opciones”.
“Nuestra salida de la Unión Europea se produjo para momentos como este, donde podemos aprovechar nuevas oportunidades y dar un verdadero impulso a nuestras grandes bodegas británicas y seguir haciendo crecer la economía”, consideró.
La prensa británica rememora hoy cómo el legendario primer ministro Winston Churchill fue en su día uno de los mayores defensores del consumo de champán en pintas, que consideraba la medida ideal para tomar “dos con el almuerzo y una con la cena”.
Hasta que el Reino Unido pasó a integrar el Mercado Común europeo en 1973 se podía encontrar vino en esa unidad, aunque la obligatoria homologación de medidas llevó a su fin.