Una investigación a partir de fósiles hallados en Igea (La Rioja) ha logrado identificar una nueva especie de dinosaurio denominada 'La cazadora del lago' o Riojavenatrix lacustris, un bípedo del grupo de los espinosaurios, piscíforo, que medía 8 metros de largo y 2,5 de alto y pesaba 1,5 toneladas.
El director honorífico del Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja, Pachi Sáez-Benito, y el paleontólogo de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Xabier Pereda Suberbiola han detallado la importancia de este hallazgo, antes de presentarlo en un acto público en Logroño.
Sáez-Benito ha explicado que a este ejemplar, que tiene un género y especie nunca antes definido, se le conoce coloquialmente como Britney.
Sin embargo, su nombre científico responde a Riojavenatrix lacustris: por el territorio que le vio nacer, ser un animal cazador y porque sus huesos aparecieron convertidos en fósiles en los sedimentos de lo que fue el fondo de un lago hace 125 millones de años.
Dientes de cocodrilo
Ha explicado que esta especie era un dinosaurio con un cráneo bajo, con morro alargado, dientes cónicos y subcónicos, muy parecidos a los de un cocodrilo, por lo que estaba especializado en comer peces.
Además, tenía dos brazos muy grandes, hipertrofiados, acabados en tres dedos con tres garras que le servían como herramienta para cazar, ya que era un depredador que también podría alimentarse de cocodrilos, lagartos y terosaurios de su ecosistema, o bien de carroña, si lo necesitaba.
Para poder nombrar a una nueva especie de dinosaurio, ha precisado que hay que definir unas características particulares que no comparta con el resto de los dinosaurios espinosaurios repartidos no solo en Europa, sino en el resto del mundo, como los encontrados en África, Asia y América del Sur.
Este estudio forma parte de la tesis doctoral de Erik Isasmendi, investigador predoctoral en la UPV/EHU y miembro del equipo Garras, que reúne a un colectivo de paleontólogos y aficionados que trabajan con el fin de dar a conocer el patrimonio paleontológico de La Rioja.
Por su parte, Pereda Suberbiola, uno de los directores de esta tesis doctoral, ha indicado que este espinosaurio también era carnívoro y tenía un cráneo y unos dientes parecidos a los cocodrilos.
Restos originarios de 1980
Los restos fósiles para definir este nuevo género, encontrados en varios yacimientos de la zona de Igea, permitieron identificar piezas de los miembros posteriores, la cadera, la pelvis y algún fragmento vertebral, ha precisado.
Estos hallazgos se remontan a los años 80 del siglo pasado, aunque se completaron con otros fósiles encontrados en excavaciones en la década de 2000.
La Universidad del País Vasco colabora con el Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja desde hace seis años para impulsar un proyecto paleontológico a medio plazo, con iniciativas entre las que figura la defensa de una tesis doctoral centrada en los dinosaurios terópodos, como los que había en Igea.
El estudio sobre el Riojavenatrix lacustris se ha publicado en la revista inglesa 'Zoological Journal of the Linnean Society'.
Igea es, en la actualidad, una de las zonas con mayor cantidad de yacimientos y restos fósiles de espinosáuridos del mundo, fruto de las actividades desarrolladas por el equipo Garras, entre otros.
El siguiente paso es publicar otros fósiles de espinosáuridos hallados en Igea, como el esqueleto parcial denominado Garras de Peña Cárcena y el excavado en los últimos años en esta zona, al que se le ha dado el nombre coloquial de Villar y que es uno de los esqueletos más completos que se conocen en el registro europeo y mundial.