Fuego amigo

Algo inexplicable

Comienzan a comprender que estamos ante una genialidad made in Málaga, con el sello experimental de dos artistas tan geniales como inclasificables

Publicado: 21/05/2024 ·
08:58
· Actualizado: 21/05/2024 · 08:59
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  • El Kanka. -
Autor

José Antonio Sau

El blog 'Fuego amigo' lo escribe José Antonio Sau, periodista y escritor

Fuego amigo

En mis columnas hablo de la Málaga que fue, de la que es y, a veces, de la que será

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El Kanka y María Peláe le han hecho un himno al malaguismo por los 120 años de historia de este juego en la capital de la Costa del Sol, una composición en la que han participado el Orfeón Universitario de Málaga y la Orquesta Sinfónica, y que no ha dejado a nadie indiferente: si bien, por un lado, muchos han criticado en las redes sociales que no se trata de un himno, que podría ser bonita como canción pero no sirve para ser coreada en el estadio cuando el equipo cabalga a lomos de la afición en un partido que se ha puesto complicado, otros, con el paso de los días y tras escucharla varias veces, comienzan a comprender que estamos ante una genialidad made in Málaga, con el sello experimental de dos artistas tan geniales como inclasificables. La letra, ya de por sí, es un monumento literario a la experiencia futbolística que se ha transmitido generación tras generación en esta ciudad nuestra en la que todo es tan volátil y la memoria colectiva, en muchas ocasiones, no es algo a proteger, sino todo lo contario; y luego está la música, esa base rítmica verdialera que entronca con nuestra forma de entender el folclore y con las fuerzas telúricas de la historia del flamenco en nuestra provincia. Observé muy interesado el ‘cómo se hizo’ (o making of), de la pieza musical, colgada por el Kanka el mismo sábado, y mi conclusión es clara: tenemos himno para rato. Pero claro, es sólo mi opinión personal. Tengan en cuenta que soy un enamorado de los saltos mortales y de las innovaciones artísticas en todos los campos y en Málaga, ya lo saben, queridos lectores, un nuevo cartel de Semana Santa o de Carnaval que no respete los cánones de lo tradicional siempre es un señuelo para que tirios y troyanos opinen, habitualmente de forma derrotista, de la innovación de que se trate. Como si los carteles de Eugenio Chicano, en su día, no hubieran causado revuelo entre los cofrades. Trato estos días de pensar en positivo y apoyar a nuestro equipo en esta promoción ascenso que ahora se nos viene con el olor a césped recién cortado de junio, el mes de los milagros en el fútbol, después de una temporada más bien discreta y sin que haya visos de que el revuelo institucional se calme en las próximas semanas. Pero al menos tenemos esperanza y un himno nuevo con el que rompernos las gargantas en la Rosaleda: es algo, ciertamente, inexplicable.

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