View this post on Instagram A post shared by Disgusting Food Museum (@disgustingfoodmuseum)En las vitrinas están expuestos órganos cocidos ó fritos y en algunos casos réplicas de distintas partes de animales, como el pene o los testículos del toro que son populares en China.
View this post on Instagram A post shared by Disgusting Food Museum (@disgustingfoodmuseum)Luego continúa el recorrido hacia un espacio limpio y luminoso que da la impresión de ser un laboratorio y a la vez una prestigiosa galería de arte. Dentro de la vitrina central se ubica el conocido como Cazu Marzu, un queso Pecorino de Cerdeña con un hueco en el centro, lleno de gusanos vivos.
View this post on Instagram A post shared by Disgusting Food Museum (@disgustingfoodmuseum)Así, a lo largo de la exposición se exponen videos que permiten visualizar distintos procesos de preparación, por ejemplo, cómo en Vietnam es sacado el corazón de una serpiente cobra para servirlo en una copa con vodka y la sangre que derrama en el proceso.
View this post on Instagram A post shared by Disgusting Food Museum (@disgustingfoodmuseum)Pero por muy universal que sea la sensación de asco, el estímulo que lo provoca es individual y de carácter relativo.