El Puerto

La mentira

Artículo de opinión de Quique Pedregal, coordinador de Viva El Puerto

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  • Quique Pedregal. -

Con los últimos acontecimientos y después de pasada, más o menos, la tempestad, quiero recordar frases que hemos oído cientos de veces: “la mentira tiene las patas muy cortas” o “se coge antes a un mentiroso que a un cojo”. 
Estos pobres yonquis van deambulando de mentira en mentira, de mala acción en mala acción, creyendo que los que se encuentran con ellos por el camino no saben lo que está pasando Hay personas que son yonquis de la mentira. Son aquellos que necesitan tener su ración diaria de mentira y que les lleva a una dependencia absoluta de la misma. Estos pobres yonquis van deambulando de mentira en mentira, de mala acción en mala acción, creyendo que los que se encuentran con ellos por el camino no saben lo que está pasando. 
El aspecto físico, la mirada, los gestos del cuerpo, la sonrisa distinta, la falta de franqueza, dan pistas incontestables de que se está mintiendo.
Estos piensan que la mentira lo arregla todo y que, si no por ganar un poco de tiempo, al menos las aguas volverán a su cauce más pronto que tarde. Lo que ocurre es que las aguas ya no vuelven limpias nunca más, sino que han sido manchadas de por vida, y el embustero -me encanta esta palabra- ha sido salpicado de arriba a abajo, aunque las gotas se hayan secado. 
Normalmente, la mentira se produce con la intención de conseguir un fin, ya sea político, amoroso, económico, social… pero es muy triste cuando adviertes que la persona que te miente está a tu lado, cerca de ti. Aquí comienza el auténtico baño de realidad: te das cuenta de que el futuro está perdido y de que el presente es la viva imagen de la falsedad. 
Quiero robarle la frase a Albert Camus para terminar: “La libertad consiste, en primer lugar, en no mentir. Allí donde prolifere la mentira, la tiranía se anuncia o se perpetúa”. n

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