Si a cualquiera se le hubiera preguntado de que trataría el artículo de esta semana de cuanta gente se dedica a comentar la realidad cotidiana, seguro que adivinaría cuál sería el tema elegido. Como no quiero decepcionar expectativas de eso va a ir el objeto de exposición, y valorando las posibilidades de complejidad y variedad de este asunto, por eso lo del número.
Al grano. No será este, al menos hoy, un análisis de causas, circunstancias, consecuencias y múltiples etcéteras, de los resultados producidos, que quizás es lo que siempre se suele hacer; pero en este caso, me gustaría dar luz a una reivindicación que de evidente se cae por su propio peso. Lo hago, en especial, por el compromiso que asumí en una de las meses electorales donde ejercí la labor de apoderado por el partido que ya sabéis ustedes, y lo prometido se cumple.
Este es uno de esos asuntos que resulta más recurrente en toda mesa electoral de este país. Como los absolutos son siempre injustos no me atreveré a decir que todas las personas nombradas para formar estos altares de la democracia coincidan en la misma opinión, pero doy fe que, después de numerosas elecciones vividas al pie del cañón, todavía no he encontrado nadie que no participe de la misma idea. Esta consiste en que no tienen ninguna ilusión por perder un día, que generalmente habrían disfrutado, o en el peor de los casos aprovechado, de mil maneras. La segunda fase del razonamiento les suele llevar curiosamente a la gran pregunta y en esto la coincidencia se aproxima a la unanimidad ¿Por qué para cubrir estos puestos no se selecciona a quienes carecen de empleo o es muy precario y así ofrecerles la oportunidad de sacarse algo más de 60 euritos, que seguro que sería una ayuda que les podría venir de perlas?
Ya sé que la idea no es nada original, pero como da la impresión de que concluida la jornada, el tema se olvida, quiero dejar constancia y sugerir a quienes tienen capacidad para elevar la propuesta a las instancias oportunas lo hagan. Si bien solo las personas que hayan sido “agraciadas” con este cometido pueden entender el alivio que supondría; el resto que lo pregunte o se lo imagine.
¡Qué oportunidad para quedar bien! ¿No creéis?
Ahondando más en la herida, aprovecho para ponerles los pelos de punta a mis estimad´s compañer´s de mesa, con quienes sufrí el martirizante escrutinio de los votos del Senado (El momento más espeluznante vivido en esta experiencia).
En primer lugar, acaso las privilegiadas mentes que inventaron este sistema, deberían haber sido nombrados presidente, vocal de mesa o cuando menos interventor/a, de quienes se lo toman en serio, que son la mayoría, para haber renunciado de inmediato a mantener semejante despropósito. Esto es una pura antigualla, van para cuarenta años y todavía no se les ha ocurrido que con un aparato como el que sella las quinielas u otro parecido, se realizaba un recuento de lo más fiable y en la décima parte de tiempo al menos del que se sufre con el método en vigor.
Además para hacer senadores solo a una parte del total, ya que el resto se llena con las viejas glorias que los partidos dejan aparcadas en esta institución para que adorne y no molesten; con un sistema de elección que tratarlo de injusto sería hablar bien del mismo y que hace parecer decente al que emplean para asignar a los miembros del Congreso, que dicho sea de paso ya está bien de hacérnoslo tragar cuando la abrumadora mayoría de partidos clama por sustituirlo por uno más ecuánime.
Todo esto para una Cámara sobre la que son mayoría absoluta quienes la consideran innecesaria, inútil y carente de sentido; cuya misión más importante es toquetear lo que ya ha decidido el Congreso. Eso mismo: ganas de...
Pues si tamaña criatura hace sufrir sin otro objeto, parece, que la de gustarnos cada vez menos. Así que, o que sustituyan el sistema de escrutinio, eliminen los nombramientos a dedo, busquen en método de elección más justo y proporcional y cambien sus funciones,...o mejor que lo supriman y al menos nos ahorraremos todos los gastos que algo tan absurdo genera.
Lo dicho. Amenazo con seguir escribiendo sobre Resultados Electorales.
Me queda la palabra
Análisis Electoral Diciembre 2015 (1)
¿Por qué para cubrir estos puestos no se selecciona a quienes carecen de empleo o es muy precario y así ofrecerles la oportunidad de sacarse algo más de 60 euritos, que seguro que sería una ayuda que les podría venir de perlas?
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