La transformación digital de la banca española, acelerada a marchas forzadas como consecuencia de la pandemia y con sus efectos devastadores en el empleo, deja más damnificados: los mayores de las zonas rurales. Ya no se trata sólo de la pérdida de sucursales bancarias (un informe del Banco de España realizado en el periodo 2008 a 2017, constataba que cuatro pueblos de la provincia de Sevilla -4.552 personas- no tenían acceso a dinero en efectivo), sino de un nuevo modelo de relación con el banco que pasa por pagos y trámites online. Se llama brecha digital y la sufre “especialmente, el colectivo de personas mayores en los municipios del mundo rural”.
La Diputación de Sevilla ya abordó esta situación antes de la pandemia. En un Pleno celebrado en noviembre de 2019, se aprobó una moción de Cs para poner en marcha un estudio sobre la situación real de los municipios sin servicios financieros para paliar esta situación. Además de este estudio, la Diputación, a través de Prodetur, ha decidido “dotar a los ayuntamientos de una herramienta para poder acercar a los ciudadanos los conocimientos básicos tanto en materia de gestiones financieras como en gestiones online con las diferentes administraciones”. Esas herramientas se traducen en dos cursos ofrecidos a los municipios de menos de 5.000 habitantes para que empiecen en septiembre. El primero de esos cursos se titula Manejo de cajeros automáticos y banca online. El segundo, Principales gestiones administrativas. “Están logrando una gran acogida por parte de los respectivos ayuntamientos”, aclaran fuentes de la Diputación.
La situación puede ser especialmente preocupante en los pueblos en los que la Diputación ya sabe a ciencia cierta que hay despoblación. Un estudio realizado por la Universidad de Sevilla para la Oficina contra la despoblación, que gestiona Prodetur, muestra que hay 39 municipios de los 104 de la provincia (sin contar con la capital) en los que disminuye la población. En 22 de ellos (que coinciden con los de la Sierra Norte o Sierra Morena sevillana), el documento identifica “una contingencia despoblacional”. En 12 de ellos, concretamente, la tasa de crecimiento poblacional es negativo, con excepciones como la de Castilblanco de los Arroyos y El Castillo de las Guardas. Junto a la Sierra Norte, la Sierra Sur también presenta números negativos.
Entre las soluciones que se apuntan en el estudio destacan la oportunidad de los fondos europeos (con sus líneas de apoyo a proyectos verdes), la adaptación de la fiscalidad a la realidad del territorio que sufre despoblación, la mejora de los servicios públicos, la promoción del emprendimiento rural e incluso la rehabilitación de viviendas para incentivar la llegada de jóvenes para los que comprar su primera vivienda en la capital supone un desembolso muy grande.