No, tranquilo, no vas a toparte con nadie que tenga una talla 75 de pie porque sería más alto que King Kong. Pero sí existen zapatos de esa talla que persiguen un motivo muy especial: mantener la distancia de seguridad para frener la expansión del coronavirus.
La idea es de un zapatero rumano y está dando la vuelta al mundo por su originalidad, aunque parece bastante incómodo de usar en la vida diaria. ¿Quién no recuerda los míticos zapatones gigantes de los payasos de la tele? Pues algo así viene a ser la idea, pero no para actuar, sino para el día a día.
Los zapatos se alargan en su parte delantera con la idea de que la persona que dialogue con su portador no se acerque. Y si ambas personas llevan este tipo de zapatos la distancia será aun más segura, claro está.
Aparte de su incomodidad, resulta que el proceso de fabricación es totalmente artesanal y le cuesta dos días por par a Grigore Lup, su inventor, que utiliza un metro cuadrado de cuero cada vez. Y eso se traduce en un precio superior a los 100 euros por par, por lo que no se le ve mucho futuro a la idea. Eso sí, iniciativas como esta sirven para concienciar a la sociedad sobre la importancia de mantener el distanciamiento social recomendado por las autoridades sanitarias… al señor Lup le ha supuesto una enorme publicidad.
