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¿Qué es el síndrome de Tourette? Diagnóstico, síntomas y tratamiento

Alejandro Ramírez | El síndrome de Tourette es una enfermedad neurológica de origen genético. Los signos clínicos asociados incluyen tics motores y/o audibles. Estas respuestas neurológicas son involuntarias, repentinas y breves. El comportamiento, la atención, el sueño, el aprendizaje o incluso los ataques de pánico también pueden ser consecuencia de este síndrome. Se trata de […]

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Alejandro Ramírez | El síndrome de Tourette es una enfermedad neurológica de origen genético. Los signos clínicos asociados incluyen tics motores y/o audibles. Estas respuestas neurológicas son involuntarias, repentinas y breves. El comportamiento, la atención, el sueño, el aprendizaje o incluso los ataques de pánico también pueden ser consecuencia de este síndrome.

Se trata de una enfermedad rara, cuya prevalencia (número de casos de pacientes identificados en un momento dado, en la población general) se estima en 1 caso por cada 2.000 personas. El síndrome de Tourette es una condición neurológica que afecta a niños y adolescentes que parecen ser más propensos a desarrollar dicha condición.

Causas, factores de riesgo y evolución

La causa exacta del síndrome de Tourette aún se desconoce. Sin embargo, se ha especulado ampliamente sobre un origen genético. Muchos genes estarían implicados en el desarrollo de la enfermedad pero su identificación aún no está clara.

Además, los factores ambientales pueden ser relevantes en el contexto de dicho síndrome. De hecho, la exposición del feto o del niño a factores tóxicos, al estrés o incluso a reacciones inmunitarias (infecciones estreptocócicas recurrentes, por ejemplo) puede ser un factor de riesgo adicional para el síndrome.

Los tics, tanto motores como auditivos, generalmente se desarrollan durante los primeros años que un niño está en la escuela. La gravedad y la frecuencia de los síntomas suelen aumentar en la adolescencia y disminuir en la edad adulta. Durante la pubertad, sin embargo, se puede observar una disminución de los signos clínicos.

Síntomas del síndrome de Tourette

Los síntomas característicos del síndrome de Tourette son:

  • Aparición repentina, breve e involuntaria de tics motores y/o audibles. Los tics motores afectan particularmente a la cara, cabeza y hombros mientras que los audibles aparecen más tarde
  • Problemas de comportamiento
  • Dificultades de aprendizaje
  • Trastornos de atención
  • Trastornos compulsivos

Estas manifestaciones clínicas varían mucho de un paciente a otro. Su aparición suele estar relacionada con la infancia, con picos a veces no visibles. Las situaciones de estrés, un estado de fatiga, ansiedad o incluso el consumo de estimulantes pueden provocar un deterioro de los signos clínicos.

Los niños con síndrome de Tourette también tienen problemas de aprendizaje (dificultad para escribir o leer), pero también trastornos «visomotores» (lentitud para realizar tareas, por ejemplo).

El diagnóstico

En ocasiones es necesario esperar años antes de realizar el diagnóstico, porque puede confundirse con muchas otras enfermedades en las que se presentan tics simples o enfermedades hereditarias asociadas a tics.

Además, suele desaparecer durante la adolescencia pero puede persistir en la edad adulta, convirtiéndose más tarde en un auténtico hándicap de integración social.

El diagnóstico de la enfermedad se establece tras la descripción y observación de los tics motores y/o sonoros y su evolución. Se han establecido algunos criterios específicos:

  • Tener múltiples tics motores y al menos un tic audible a la vez, pero no necesariamente simultáneamente
  • Tener tics varias veces al día, casi todos los días, o de forma intermitente durante al menos un año, sin intervalo sin tics durante más de tres meses consecutivos.

No existe un examen médico específico para esta patología neurológica. Su médico puede ordenar pruebas neurológicas adicionales (escáneres, electroencefalogramas) para descartar otras condiciones que pueden causar el mismo tipo de síntomas.

No se detectan anomalías neurológicas durante los exámenes tradicionales: radiografía, resonancia magnética, electroencefalograma.

Cómo tratar el síndrome de Tourette

Actualmente no hay un tratamiento disponible para el síndrome. Sin embargo, las manifestaciones clínicas pueden aliviarse con manejo terapéutico. Este tratamiento se realiza para los casos más extremos de la enfermedad, cuando los síntomas perturban la vida diaria de los pacientes.

Entre los tratamientos farmacológicos más utilizados podemos mencionar: agonistas dopaminérgicos, agonistas GABAérgicos o incluso agonistas alfa-2. Los niños con tics motores y/o auditivos leves generalmente no requieren tratamiento, pero el apoyo familiar y educativo es esencial.

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