Aunque se piense lo contrario, el excesivo buen tiempo hace daño en ocasiones al turismo, la principal industria (sin humos o con ellos) de esta ciudad. Sevilla es en verano temporada baja para el turismo, aunque muchos ajenos al sector piensen lo contrario y crean que es el momento en el que más somos visitados. No es así, que lo sepan ustedes. Sus vacaciones playeras o viajeras nada tienen que ver con los que nos visitan.
Si a esto le añadimos, como viene siendo habitual cada año, que la televisión nos vomita a la hora del almuerzoesas conexiones de los servicios informativos nacionales -insisto, siempre a la hora del mediodía- en la que lareportera aparece a pleno sol en el Prado de San Sebastiáncon un termómetro a su espalda que marca cuarenta y pico de grados, pues apaga y vámonos. Los pocos osados que se decidan a venir (turismo nacional, se entiende) prefieren elegir otros destinos para, al menos, no provocara la muerte por un golpe de calor. Recuerden, por si se les ha olvidado, que Sevilla no tiene playa: consecuentemente, no hay esa disminución de las temperaturas durante la noche que provoca el mar. Por el contrario, sí tenemos (¡horror!) a la señora que, abanico en mano en pleno puente de Triana, cuenta aquello de“esta noche no se ha podido dormir de la caló”.
No tengo la fórmula y me gustaría saber cuál es, para que Sevilla no se estacionalizara durante esta época. Que de alguna forma, esas imágenes pudieran ser evitadas, porque evitar las altas temperaturas hasta el momento es imposible. Y no crean que trato de engañar a los sufridos turistas que pretendan visitarnos, no, no es eso. Es tan solo no ponerlo más feo.
Sería conveniente que desde las administraciones competentes en la materia se arbitraran fórmulas para quese pudiera acabar con este tipo de noticias, que no lo son y que vienen a ser un recurso más de relleno para una época en la que nuestros políticos adormecen en su actividad. Si a la ciudad la llenáramos de contenidos importantes e interesantes para esos meses, no me cabe la menor duda que la imagen de la reportera con el termómetro a sus espaldas pasaría a mejor vida. Actividades como “Noche en los Jardines del Alcázar”, que pelea desde hace años por dotar de contenidos a la ciudad en el verano. Pero esto no es bastante: hay que vender mejor a la ciudad en esta época, por el bien de todos. Inventar contenidos que puedan vender a la ciudad no sólo fuera de las fronteras sino en el propio territorio español y andaluz si me apuran.
