El pasado lunes nos trajo la noticia al filo de la hora de cenar: Barack Obama visitará España en julio y recalará en Sevilla, no sabemos por cuánto tiempo aunque sí ya han anunciado que será una visita cultural. Déjenme que para hilar esta columna les haga un poco de historia.
En septiembre de 2001 y en concreto el día 11, dos aviones derribaron las Torres Gemelas, provocando el mayor ataque de la historia al todopoderoso país de las barras y estrellas. Pues bien, a nuestra ciudad -o al menos a un importante sector económico de la misma- le afectó este atentado en mucho más de lo que ustedes suponen, ya que en noviembre de ese año esperábamos la visita de más de cuatro mil agentes de viajes estadounidenses, que agrupados bajo las siglas de ASTA (American Society of Travel Agents), llegarían para conocer el destino Sevilla y venderlo en su país. Todos los preparativos de aquel macro evento estaban casi ultimados, gracias al esfuerzo de muchos y destaco a Factor Sevilla, una agrupación de interés turístico formada por las grandes agencias de congresos de la ciudad.
Les cuento esto porque la anunciada visita de Obama se produce después de que durante el pasado fin de semana se celebrara en Sevilla la importante reunión anual de estos agentes de viaje norteamericanos, el Congreso de ASTA, en el que han participado (hemos participado) un buen número de profesionales para -cada uno con su aportación- vender el destino Sevilla. La alineación de planetas parece que se ha producido para bien de nuestra ciudad y de su industria (sin humos) turística.
Ahora le toca el turno a las administraciones. Es importante que sepan aprovechar la visita del mandatario americano para "volver a vender" a nuestra ciudad, considerada en un reportaje del prestigioso New York Times como "muy probablemente la ciudad más bonita del mundo". Creo que no es necesario recordar ahora lo que supuso para Granada la visita de Bill Clinton -precisamente también el 9 de julio- y que desde el espectacular Mirador de San Nicolás manifestara que aquella era "la más bella puesta de sol del planeta ". Desde entonces los americanos se dan codazos para tomar esa foto...
Hay que pensar en qué le vamos a enseñar a Obama. Y hacerlo bien. De ello depende en gran parte la publicidad gratuita (repito: gratuita) que tengamos en la sociedad americana. Y de lo que no tengo duda, como dijo nuestro Emperador Adriano, es que "cada uno de nosotros posee más virtudes de lo que se cree, pero sólo el éxito las pone de relieve".
