Ya saben los friki-amantes de la serie Juego de Tronos que Arya Stark aseveró: Not Today (Hoy No) cuando, rodeada de caminantes blancos, la Bruja Roja le formuló una pregunta de fácil respuesta: There is only one thing we say to Death (Sólo hay una cosa que decirle a la muerte). Para el resto de los humanos que no han visto y, probablemente, no vayan a ver esta exitosa serie, explicarles que esa expresión fue una especie de hoy no toca ante una situación límite. Pues bien, eso es lo que quiero trasladarle en la distancia a Donald Trump, esta especie de ogro que consagra el dicho de la realidad supera a la ficción.
Nadie, ni con la imaginación más prodigiosa, habría previsto que el país más poderoso del mundo tuviera un mandatario como el republicano, capaz de pedir al jefe de Gobierno de un país extranjero, en este caso Ucrania, que investigue a su rival político para desacreditarle, por lo que se le ha abierto un proceso de destitución que no sabemos adonde llegará. Este portento del despropósito alterna conflictos bélicos, en los que ignora los principios básicos de las Relaciones Internacionales e incluso las líneas rojas de su propio país, con batallas comerciales.
Europa es ahora (antes lo fue China) el objetivo de sus aranceles tras el visto bueno de la Organización Mundial del Comercio. Salvo sorpresa, hoy entran en vigor esas tasas que castigarán, y de qué manera a productos andaluces como aceite de oliva, aceitunas, vino, queso fresco, melocotones, cerezas, mantequilla. Sólo en el caso del oro verde, Andalucía exportó a Estados Unidos hasta 151 millones de euros en los primeros cinco meses de 2019.
La presión de la UE sobre Trump no ha surtido efecto, y ahora hay que pensar en cómo atender a los productores de zonas como, por ejemplo, Jaén que son de monocultivo, y cuya renta es de las más bajas de España. ¿Que consecuencias van a tener esos aranceles en los agricultores jiennenses que, además, afrontan la directa y emergente competencia de los países productores del Magreb? En este tema no jugamos con tronos, sino con el pan de miles de andaluces, y esto no es ficción, aunque sí un serial.
