Pedro Pacheco: tres años en prisión por contratos ilegales. Jordi Pujol: sin medidas cautelares pese a la fortuna en paraísos fiscales. Poder andaluz y catalán.
Esta semana hemos vuelto a ver a Pedro Pacheco en los tribunales. Su última causa pendiente con la Justicia. Su última cita con el banquillo, aunque no llegó a sentarse, ya que el tribunal archivó la causa después de que la acusación particular retirara los cargos. El ex líder andalucista logró la libertad condicional hace mes y medio tras permanecer más de tres años en prisión por contratar ilegalmente a dos asesores en empresas municipales de Jerez. Este periplo judicial me ha hecho recordar unas recientes (y a mi juicio acertadas) palabras del ex secretario general del PA, Miguel Ángel Arredonda, con motivo del último 4-D. No recuerdo la textualidad de su expresión, pero dijo grosso modo: Jordi Pujol en la calle y Pedro Pacheco en prisión, ésa es la diferencia entre el poder catalán y el poder andaluz. El fondo de lo apuntado por Arredonda es de una contundencia y realidad como la gravedad de los delitos de los que se acusa al ex presidente de la Generalitat, quien ha eludido medidas cautelares, frente a los del ex alcalde de Jerez que le llevaron a condenas superiores a los cinco años de prisión por contratar ilegalmente a dos personas. Pujol está acusado de blanqueo continuo de dinero, y tras negar que tuviera una fortuna en paraísos fiscales, tuvo que admitir la evidencia tras informaciones periodísticas que demostraron su infamia. Pese a ello, de rositas. Pero, a más a más, hete aquí que Oriol Pujol, hijo del honorable, no ha pasado ni dos meses en prisión pese a estar condenado por corrupción política. La Fiscalía considera que la Generalitat le concedió un tercer grado encubierto por el mero hecho de ser hijo del expresident. Yo no digo que Pacheco no mereciera su condena, que en principio me parece desproporcionada, sí digo que el poder catalán ha protegido al clan Pujol, y lo sigue haciendo. El poder andaluz hoy no existe. Hay cientos de ejemplos, los últimos las negociaciones en Madrid sobre el futuro del Gobierno de Andalucía, o el apoyo del Ministerio de Fomento al lobby del Corredor del Mediterráneo, para perjuicio de las infraestructuras de nuestra comunidad, sobre todo las ferroviarias.