El Jueves

El domingo a las diez

Se acerca de nuevo el día. Y ya van dos. Dicen que no hay segunda mala...

Se acerca de nuevo el día. Y ya van dos. Dicen que no hay segunda mala. El domingo, la mayor parte de los medios de comunicación ha fijado la hora de las 10 de la noche, como en otras ocasiones, para anunciar quién ha ganado presumiblemente las elecciones generales. Así será, no les quepa duda. En ese momento, muchos estaremos (por no decir que todos o la gran e inmensa mayoría de españoles) sentados ante la caja tonta para ver qué va a ser de este país en los próximos ¿años? y que ojalá sea así.

Todo apunta mal, a qué negarlo. Usted lo sabe igual que yo a la vista de las encuestas que hasta el pasado lunes se estuvieron publicando. Los acuerdos están más que difíciles. Los pactos de momento no cuajan. Y los unos y los otros se posicionan de forma que la combinatoria de resultados se nos antoja realmente fea.
¿Qué va a pasar? Pues aquí nadie lo sabe, salvo aquellos que gozan de esa información casi tan privilegiada que llega a ser secreta.

Este país no puede enfrentarse a una nueva convocatoria electoral. Estamos saliendo de los malos tiempos, la economía comienza a regenerarse, el paro a descender, el turismo a alcanzar cotas que eran impensables, el consumo a subir según también los datos que esta semana proporcionaban los expertos de la cosa... Y los que de verdad deben fomentar que este rumbo siga adelante parece que no quieren hacerlo.
Usted y yo, que dependemos de la mejora de todo esto para nuestro trabajo y nuestra tranquilidad de vivir el día a día (que es en realidad como vivimos) no tenemos ninguna fórmula mágica para acabar con esto... o sí. Quizás lo único que podemos (en minúsculas) hacer es no quedarnos en casa el domingo. ¿Que ha pensado irse a la playa con su mujer y sus hijos? Pues vuelva antes de las 8 de la tarde y vote. ¿Que tiene una barbacoa en ese chalecito del Aljarafe de su amigo de toda la vida? Pues pase por su colegio electoral antes de irse y de comprar el hielo y vote. ¿Que piensa no moverse de su casa en todo el domingo? Pues haga el esfuerzo de acercarse a las urnas y de camino invitar a su santa esposa a un botellín en el bar de al lado de su casa. Fíjese qué de cosas puede hacer sin tener que dejar de ir a votar.

Estas elecciones se merecen una alta participación. Se merecen el que todos los españoles cojamos al toro por los cuernos (con perdón) y pongamos a cada uno en el sitio que le corresponde.
Si no hay gobierno, que no sea por nuestra culpa. Porque en el fondo, usted y yo somos tan responsables de esto como nuestros políticos.

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