Viruji

Ganan un juicio para que su hijo treintañero se vaya de casa

Hace tiempo te contamos la historia de una joven que había solicitado una pensión a sus padres y la Audiencia de Cantabria se la negó «por vagancia». Pues bien, ahora traemos un caso con idénticos protagonistas, pero con los padres como denunciantes hartos de su hijo, flojo como él solo. Ha sucedido en Nueva York, […]

Hace tiempo te contamos la historia de una joven que había solicitado una pensión a sus padres y la Audiencia de Cantabria se la negó «por vagancia». Pues bien, ahora traemos un caso con idénticos protagonistas, pero con los padres como denunciantes hartos de su hijo, flojo como él solo.

Ha sucedido en Nueva York, donde los progenitores de Michael Rotondo (30 años) han tomado medidas para que el «niño» se fuese por fin de casa.

Hartos de la actitud de Michael, sus padres presentaron una demanda que ha conseguido resultado positivo porque un juez les ha dado la razón.

Según parece, los padres habían enviado una carta de desalojo a Michael, que se negaba a marcharse pese a haber recibido ya cinco notificaciones para que abandonase el domicilio familiar. Pero la última incluía algo distinto a los demás, era un último aviso porque luego ya habría un juez para decidir la solución del asunto.

Demostraron los padres en el juicio haber entregado más de mil dólares a Michael para que pudiera mudarse de casa, pero él hizo caso omiso y ni se iba ni tenía intención de buscar trabajo para poder hacerlo.

Al final, el juez ha fallado a favor de los padres y, por tanto, en contra de Michael, cuya única explicación fue que necesitaba como mínimo medio año más porque no le habían avisado con antelación suficiente.

Esa argumentación podría haber tenido cierta validez, pero claro, cuando reconoció haberse gastado los más de mil dólares recibidos en otras cosas perdió la poca razón que le quedaba.

Con una orden desalojo terminó esta historia entre padres hartos y un hijo vago, pero vago, vago, vago… vago.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN