Joaquín Pérez es hijo de carnavaleros, Manuel y María, cofundadores de una mítica peña de carnaval, ‘La Charanga de los amigos’, y otra que aún perdura, ‘Los Mosquitos Ronchones’. Ha participado como componente en algunas comparsas, coautor de letras y en su última etapa, bloguero durante cuatro años con su blog ‘El Portonazo’, que tuvo cierta relevancia en la fiesta. Ha sido redactor durante otros cuatro años del diario digital Huelva24.com y jurado del concurso en 2011, pero ante todo se considera gran oyente y estudioso de las agrupaciones.
Empiezo con lo último, ¿cómo valorarías tu etapa en los medios analizando y escribiendo sobre el concurso?
– Sin duda muy enriquecedora. El hecho de difundir cada día lo que pasa en el Gran Teatro a través de un medio digital muy visitado siempre es beneficioso para nuestro carnaval. Además, pasé unos ratos irrepetibles con mis compañeros de foso y te hacen ver al concurso desde otra perspectiva. También te enseña a valorar el trabajo que traen las agrupaciones, lo vives desde más adentro, permitiendo expresar en tu trabajo escrito la impresión que te han dejado en las tablas en ese momento en que vives su actuación tan de cerca. Lo echo de menos.
Al hilo de esto, ¿de qué manera crees que los medios de Huelva pueden contribuir a renacer este maltrecho carnaval?
–Maltrecho no sería la expresión correcta. Este carnaval está clínicamente muerto, sólo hace falta certificarlo. Y los medios de comunicación también han tenido algo de culpa, pero son parte fundamental para hacer un carnaval nuevo, renacido. Es esencial para esta fiesta tener un canal de divulgación público que apueste en serio por el carnaval. La televisión digital y las redes sociales son algo fundamental para hacerlo y, ahora mismo, esto no se está llevando a cabo. El marketing debe entrar en el carnaval, abrir nuevas vías y dejar atrás costumbres y padrinos que están acomodados, que apuestan por el carnaval que tienen, que no quieren complicarse la vida y que han llevado a esta fiesta al momento más bajo que yo recuerdo desde que lo vivo, hace ya casi 30 años.
Soluciones, ¿alguien tiene la varita mágica para revivir esta fiesta?
–Eso es altamente complicado, pero no imposible. El carnaval se centra solo y exclusivamente en el concurso, y los actos de calle son insuficientes y erróneos. Esta fiesta en Huelva tiene un grave problema generacional, no se ha sabido conservar ni transmitir ese auge que tuvo en la época de los 90 y ahora mismo estamos huérfanos de gente que se implique en la misma. Nos quedamos sin autores, sin componentes, sin grupos y sin dirigentes cualificados porque estamos en manos de los de siempre, de lo único que hay. El mal del Carnaval Colombino se ha hecho crónico y solamente se cura lentamente y a muy largo plazo. Querer poner un disfraz ahora a la gente que en aquel entonces no se lo puso es una batalla perdida. En los niños está la semilla de la fiesta y por ahí se debe empezar, pero el fruto se verá dentro de muchos años y hay que tener paciencia para ello.
Diferencias entre los carnavales de antaño y los de ahora.
–Solo tienen una cosa en común: la Fopac. Se vivía de otra manera, era el ambiente de peña de carnaval como peña familiar. Todo era más natural, la gente actuó con espontaneidad y luego empezó a organizarse. Primero de manera altruista, pero empezaron a llegar las luchas de poder, un concurso que empezaba a tener notoriedad y que terminó comiéndose el espíritu de la fiesta. La competitividad por encima de todo acabó con las peñas y esa familiaridad se tornó en desencuentros y abandonos. Lo demás ya lo sabemos y también lo he explicado antes. Yo me quedo sin duda con los ratos de ‘La Cubatería’, las coplas en cinta de cassettes, los tablaos del Matadero, la fiesta ‘Blanca y Azul’ y las finales del Andrés Estrada. Me quedo con Antonio Cabezas con sus’ Independien’tes, la ‘Playa de la Gilda’ y sus esquimalitas y Roque con sus’ Latidos de Papel’. Y por supuesto, ‘Acordes con Los Primos’.
Danos una valoración del concurso de 2018.
–Me pones en un serio compromiso, pero sabes que siempre me gusta ser claro y dar la cara. Veo el concurso hecho de cuatro trapos y muchos retales, sin un sastre cualificado que sepa hilvanar este desaguisado. A pesar del trabajo, de todos los intentos de cambiar y de la buena voluntad, la realidad es bien distinta. Sigue muy devaluado y tampoco se mima por parte de las autoridades. Creo que nuestro Ayuntamiento debería confeccionar una estructura seria que colabore mano a mano con la Fopac y puedan levantar de nuevo un concurso que llegó a ser muy prestigioso en Andalucía. Ya quisiéramos tener en nuestro concurso comparsas, cuartetos y chirigotas de primer nivel y profesionales a la altura del Carnaval de Cádiz, por poner un ejemplo, pero no es así, nos surtimos de lo poco que nos llega de fuera, de nuestra maravillosa provincia y de los que le ponen mucha voluntad y trabajo en la capital. Y si no fuera por ellos... Hay que agradecer a todos los que se han esforzado durante muchos años por tirar del carro, pero también hay que saber cuándo uno se tiene que bajar del mismo y dar un paso a un lado. Seguro que hay sucesores muy dignos.
