Alejandro Ramírez – La vitamina D es un excelente aliado del corazón, y se ha demostrado que también podría reducir el riesgo de infarto: según el ensayo clínico más grande jamás realizado sobre este tema, los suplementos de esta vitamina en particular podrían reducir la posibilidad de incluso sucesos graves en la población mayor de 60 años.
¿Cuáles son los resultados?
La investigación se llevó a cabo durante seis años en Australia, de 2014 a 2020 en más de 21.000 australianos con edades comprendidas entre los 60 y los 84 años: según se puede ver en el British Medical Journal, la mitad de los participantes recibieron un comprimido de vitamina D de 60.000 UI al principio de cada mes, mientras que el resto de los participantes recibieron un placebo.
El comprimido se tomó una vez al mes durante cinco años consecutivos con resultados muy positivos para el grupo que tomaba vitamina D, que registró en sucesos cardiovasculares graves un 9% menos que los demás y la tasa de infarto disminuyó un 19% en comparación con los placebos. Además, la revascularización coronaria fue un 11% menor mientras que la única situación que se mantuvo sin cambios entre los dos grupos fue la tasa de incidencia de accidentes cerebrovasculares.
Las conclusiones de los investigadores
“La suplementación con vitamina D podría reducir la incidencia de eventos cardiovasculares mayores,” escriben los investigadores, “aunque en algunos casos las diferencias habrían sido mínimas. Este efecto protector podría ser más marcado en sujetos que toman estatinas u otros fármacos cardiovasculares”, añadieron, subrayando la importancia de hacer nuevas valoraciones para esclarecer este tema.
En la práctica, los participantes tomaron 12 comprimidos al año con los resultados que hemos descrito anteriormente que, respaldados por nuevas investigaciones, seguramente abrirán nuevas perspectivas sobre la ingesta de esta vitamina.
¿Dónde se encuentra la vitamina D?
Como hemos visto, el estudio habla de comprimidos pero, ¿cuáles son los alimentos que contienen vitamina D en la naturaleza? Como explican los expertos de Humanitas, no se encuentra fácilmente en los alimentos que comemos excepto -quitando las grandes cantidades-, en algunos tipos de pescado, en la leche y el huevo y en las verduras de hoja verde. Sin embargo, la concentración más alta se encuentra en el aceite de hígado de bacalao.
Un período estival como el que estamos viviendo es fundamental, ya que la vitamina D se acumula en nuestro cuerpo cuando nos exponemos, de forma protegida, a los rayos del sol.
Por lo general no se debería recurrir a la ingesta de vitamina D, excepto en casos especiales relacionados con el crecimiento, el embarazo y la lactancia. Si hay carencia de esta vitamina, se pueden producir problemas óseos «que van desde el raquitismo en los niños hasta deformaciones óseas de diversa índole y osteomalacia, que se produce cuando la estructura ósea está intacta exteriormente pero en el interior de los huesos se registra un contenido mineral insuficiente», como además de hacer que los dientes sean más propensos a las caries.
Por el contrario, un exceso de vitamina D puede provocar «una calcificación generalizada en los distintos órganos, que se traduce en vómitos, diarrea y espasmos musculares «. En cualquier caso, siempre es bueno consultar a su médico.