Hasta ahora, la mayoría de los estudios sobre los factores de riesgo del virus del papiloma humano (VPH) se centran en factores sexuales o infecciones ginecológicas en las mujeres; sin embargo ¿qué papel juegan los hábitos de vida saludables y el bienestar general en el desarrollo de la enfermedad?
Ahora, un estudio publicado en ‘Sec. Gynecological Oncology’ ha investigado la asociación entre la actividad física, una buena dieta, la calidad del sueño, la depresión y la ansiedad y el riesgo de infección por el VPH, un virus que puede causar distintos tipos de cáncer, incluido el de cuello uterino.
El estudio, del que es coautor el doctor Yantao Li (de BGI Genomics, proveedor de pruebas genéticas con sede en China), muestra que dos factores del estilo de vida parecen demostrar una relación significativa con la infección por VPH: la actividad física y el equilibrio dietético. Mientras tanto, la enfermedad actual o los antecedentes de enfermedad no se correlacionan significativamente con el VPH.
Un total de 495 mujeres de entre 18 y 59 años fueron reclutadas a través de una plataforma digital de ‘eSalud’ en Shenzhen (China), y se les evaluó la actividad física, el equilibrio dietético y la infección por VPH mediante cuestionarios y pruebas de ensayo de genotipado del VPH.
La actividad física se evaluó mediante cuestionarios autodeclarados, en los que se preguntaba a los participantes sobre la frecuencia y duración de su actividad física en el último año. Estos datos se utilizaron para clasificar a las participantes en tres niveles de actividad física: baja, moderada y alta. En el grupo de actividad alta se incluyó a las mujeres que declararon realizar más de 300 minutos de actividad física de intensidad moderada o más de 150 minutos de actividad física de intensidad vigorosa a la semana.
Como era de esperar, las pacientes con un nivel alto de actividad física tenían menos probabilidades de infectarse por el VPH en comparación con las participantes con un nivel bajo de actividad física. Esto sugiere que la actividad física regular puede tener un efecto protector contra la infección por VPH.
El equilibrio dietético se evaluó mediante un cuestionario validado de frecuencia de alimentos. Estos datos se utilizaron para calcular la puntuación de diversidad dietética (DDS) de cada participante, que es una medida de la variedad de los diferentes grupos de alimentos consumidos. Una mayor DDS indica una dieta más equilibrada.
El estudio reveló que la prevalencia de la infección por VPH era significativamente menor en las mujeres con una mayor DDS que en las mujeres con una DDS menor. Esto sugiere que una dieta con un mayor consumo de frutas y verduras y un menor consumo de grasas y azúcares puede tener un efecto protector frente a la infección por VPH.
En cuanto a los serotipos del VPH, la prevalencia de proporciones implicaba un 80,66 por ciento de VPH de alto riesgo, un 13,81 por ciento de VPH de riesgo intermedio y un 5,52 por ciento de VPH de bajo riesgo. El VPH 52 tuvo la mayor prevalencia (19,89%) de los VPH de alto riesgo, seguido del VPH 16 (11,05%), el VPH 51 (9,39%) y el VPH 18 (4,42%).
La mayoría de las infecciones por VPH correspondieron a un único serotipo de VPH (83%), y el equilibrio dietético fue la diferencia más significativa entre las infecciones únicas y múltiples por VPH. Por lo tanto, los autores recomiendan dos soluciones para mejorar el equilibrio de la dieta. Una de ellas es garantizar el consumo adecuado de productos lácteos y alimentos de origen animal con vitamina A. Otra es comer más frutas (por ejemplo, tomates) o verduras.