Siempre es un buen momento para recordar una historia emotiva como esta, en la que un soldado estadounidense regresa a casa sin avisar para sorprender a su familia.
En la playa, una madre y sus hijas grababan un vídeo para enviarlo al cabeza de familia, un militar desplazado a Afganistán. Lo que no esperaban es que no tendrían que mandar nada porque… ¡él estaba allí mismo!
«Quiero mucho a mi papá, lo voy a querer siempre y lo hecho de menos», decía una de las pequeñas mirando a quien grababa, en evidente acuerdo con el soldado.
Cuando la madre bromeaba alguien apareció justo detrás. Era un submarinista, pero no uno cualquiera…