Comenzar una nueva vida en un lugar distinto no es fácil, incluso hablando el mismo idioma. En especial, si estás todavía en la niñez y se te hace difícil entender el acento del lugar.
Es lo que le ocurrió a Katherine, que interactúa en TikTok con el nombre de usuario @kathebaya. Es una chica ecuatoriana que llegó a Andalucía con once años para cursar 1º de ESO.
Los primeros días de clase vivió un extraño episodio en el que, cuando sus compañeros le aplaudían, ella también comenzó a aplaudir, ya que no había entendido la situación. Tardó tres meses en enterarse de lo sucedido.
“Aquí en Andalucía tienen un acento muy marcado, hablan muy rápido y recortan las palabras”, explica la joven en un vídeo, dieciséis años después de aquella anécdota.
“Ese día, llegó el profesor, que también hablaba muy, muy rápido. Se presentó y escribió algo en la pizarra. Como yo no le entendía, comencé a copiar en mi cuaderno lo que había escrito en la pizarra”, narra.
Explica Katherine que “yo estaba en mi mundo, escribiendo y, de repente, de la nada, toda la clase empezó a aplaudir mirando hacia mí”. La entonces pequeña alumna nueva, sin saber muy bien que hacer -“me llevé el susto de la muerte”- y, al ver que “todo el mundo aplaudía, menos yo, y todos me miraban, comencé también a aplaudir”.
@kathebaya Mis primeros días en el instituto sin entender nada ?? #storytime #acentoandaluz #humor #ecuador #grwm
♬ sonido original - Katherine
“Me enteré de que hice el ridículo cuando me autoaplaudí a los tres meses”, comenta. Al final de ese trimestre, la gente ya le decía “qué bien hablas ya nuestro idioma, no se te nota mucho el acento que tenías” y comentarios de esa índole.
Ni sus compañeros sabían que la chica hablaba español ni ella entendía el acento andaluz al principio. Un pequeño choque cultural entre escolares que deja esa anécdota.
Tres meses después de aquel aplauso, Katherine comprendió que el profesor la había presentado pidiendo a sus compañeros un aplauso de bienvenida para “la nueva compañera, que viene desde el Ecuador del mundo a nuestro pueblo y nuestro instituto”.
“Ahora me da risa, pero en su momento me dio mucha vergüenza. Además, la gente pensaba que yo era borde y no quería amigos, pero es que me llamaban quilla y no les hacía caso, porque no me llamo así”, cuenta Katherine, que cumplirá este 2024 los 28 años y que, aunque lleva casi 16 años en tierras andaluzas, admite en un comentario que “la gente me dice que no se me ha pegado el acento, creo que soy neutral”.
Entre los comentarios de los más de 17 mil usuarios que han visto su vídeo queda claro que no es algo que afecte exclusivamente al acento andaluz, a que otros hispanoamericanos cuentan que han pasado por experiencias similares en Murcia o Madrid, entre otros lugares.